2ª parte: Los bloqueos en el ciclo de la experiencia.
Por: Psic. Giuseppe Olav Ortiz García. (email: gortiz@gestalt.mx)
Coordinador del área de Humanidades de la Universidad Gestalt. (http://www.gestalt.mx)
En el organismo del ser humano se desatan diversas necesidades que atienden a los impulsos que surgen del interior del mismo. Cuando el neonato vive nueve meses en el útero materno, sus necesidades fisiológicas están satisfechas directamente por los nutrientes que le aporta la madre a través del cordón umbilical, y la placenta. Sin embargo, desde que nace, todo su organismo se comienza a movilizar hacia la satisfacción de sus necesidades, desde las más primordiales, como el respirar, comer, beber, hasta algunas más complejas, entre las cuales hallamos aquellas en las que se involucra el ámbito del deseo.
Una experiencia, cualquiera que esta fuere, se teje entre el sentir, el pensar y el actuar. Estar en congruencia entre lo que se siente, lo que se piensa y lo que se hace, se le llama también tener consciencia de lo que implica cualquier experiencia.
Sin embargo, esta congruencia de la que hablo, no siempre es nítida, fluida, coherente. De hecho, sucede que, a quien así lo experimente, a veces el sentir, no corresponde con lo que se piensa de aquello, o ni se siente, y luego al actuar, lo hacemos distinto de aquello que estábamos pensando, y viceversa.
Esto tiene que ver con los bloqueos en el ciclo de la experiencia. Siguiendo al Dr. Salama, llamamos bloqueos a las interrupciones inconscientes de la energía, que la persona presenta. Estos tienen la finalidad de evitar el contacto con el satisfactor, y por lo tanto, el cierre de la experiencia; y guardan una estrecha relación con los esquemas neuróticos adquiridos a temprana edad (Salama; 1985: 43), cuando los sedimentos de base, sobre los que se desarrollaría la personalidad actual, se establecieron, productos de la herencia que la cultura, la sociedad y la familia, nos legaron.
Estos bloqueos se corresponden a cada una de las fases del ciclo; el terapeuta gestalt, se verá interesado en resolver estas interrupciones de la energía que el paciente presenta, de modo que se logre el cierre de la experiencia, para afrontar las formaciones de nuevas gestalten, o necesidades emergentes.
Siguiendo el ciclo de la experiencia como lo esquematiza el Dr. Salama, hallamos en la fase del reposo, el bloqueo conocido como postergación, el cual sirve para impedir la continuidad natural de cada momento, una frase típica para describir esta interrupción de la energía sería: Luego lo hago.
A esta fase le sigue la sensación, cuyo bloqueo es la desensibilización, el cual representa una negación del contacto sensorial entre el organismo y la necesidad emergente, una frase característica de este bloqueo sería: No siento.
Siguiendo la misma línea que lleva a la energía a satisfacer sus necesidades, hallamos la formación de figura, cuyo bloqueo, o interrupción en este andariego de la energía, es la proyección, la cual consiste en atribuir a algo externo al individuo, lo que le pertenece a sí mismo, negándolo en él. Una frase característica de la proyección, sería: Por culpa de…
La siguiente fase es la movilización de la energía, cuyo bloqueo es la introyección, el cual implica la incorporación de actitudes, ideas y creencias que no fueron asimiladas por el organismo, y son ajenas al Yo. Una de las frases características de este bloqueo es la de: Debería…
Pasando a la zona externa, hallamos la fase de acción, la cual tiene por bloqueo la retroflexión, este se refiere a una acción que la persona se hace a sí misma, cuando le gustaría hacérselo a los demás, quienes por lo general, son personas significativas para ella, o procede con una acción hacia su propio organismo, en vez de realizar alguna acción sobre el ambiente. Una de las frases características de este bloqueo es: Me aguanto.
La siguiente fase es el precontacto, cuyo bloqueo se conoce como deflexión, a través del cual, el organismo evita enfrentar al objeto relacional, dirigiendo su energía a objetos que son alternativos y no significativos. Una frase característica de este bloqueo es: Lo evito.
Viene entonces el contacto, cuyo bloqueo es la confluencia, que se refiere a cuando el individuo no distingue límite alguno entre su Si mismo y el medio, confundiendo sus fronteras de contacto con las del ambiente que lo rodea, o las de sus semejantes. Una de las frases características de este bloqueo es: Lo que tú mandes.
Por último tenemos al postcontacto, cuyo bloqueo es la fijación, el cual consiste en la necesidad de no retirarse del contacto, lo cual lleva al organismo a rigidizar sus patrones de comportamiento, y no cerrar el ciclo de la experiencia. Una de las frases características de este bloqueo es: No dejo de…
La cuestión con los bloqueos es más compleja de lo que aquí comento, de hecho es piedra angular en el tratamiento de las enfermedades mentales, y corporales, desde la perspectiva de la psicoterapia Gestalt. Por lo mismo, el arte que implican las técnicas de las que se hace este enfoque terapéutico, no sólo para manejar los bloqueos y acompañar al paciente a que se dé cuente de los mismos en su persona, sino también para articular “experimentos” creativos para movilizar la energía y desbloquearla en donde se atore, son aspectos que engalanan este enfoque inclusivo.
(Continuará…)
Bibliografía: Salama Penhos, Hector; Gestalt para todos. Instituto Mexicano de Psicoterapia Gestalt, S.C. Coprint, S.A. 1985. (Reimpresión 2014)
Salama Penhos, Hector; Psicoterapia Gestalt, proceso y metodología. Alfaomega, 4ª edición. 2012.
Ilustración: Ens? Zen, tomada de: https://www.flickr.com/photos/artsdeleveil/4663655552/