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La educación desde la perspectiva de la Gestalt

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Por: Noemí Arcos Aviña, alumna del Doctorado en Innovación y Administración Educativa en la Universidad Gestalt.

  1. Introducción

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones en Educación Superior (ANUIES, 2000), en el documento “La educación Superior en el siglo XXI”, menciona que para dar respuesta a los progresos de la ciencia y a las necesidades de la sociedad mexicana, es necesario que la función educativa esté orientada a la formación integral desde la perspectiva humanista, en donde los conceptos de paz, libertad, justicia, igualdad, derechos humanos y solidaridad precisan los contenidos, independientemente de la naturaleza y los objetivos de cada programa académico.

Al mismo tiempo, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, asume entre sus objetivos prioritarios la formación integral de las personas, por lo tanto, establece que para fortalecer la conciencia, la cultura, la identidad y los valores, es necesario de una educación basada en el arte. Como se observa, estos organismos impulsan políticas educativas con el fin de mejorar el desarrollo económico y el bienestar social de personas en todo el mundo y proponen la formación integral desde la perspectiva humanista como un medio para dar respuestas satisfactorias a las necesidades y exigencias de una sociedad que cambia y evoluciona continuamente.

A partir de éstas políticas, se promueve en diferentes partes del mundo reformas educativas que tienen la finalidad de mejorar la educación y de preparar jóvenes con la capacidad de enfrentar los cambios sociales, económicos y políticos del país. Las reformas centran su práctica educativa en el aprendizaje, propician el desarrollo integral de los estudiantes y promueven una educación continua donde el estudiante aprende a aprender a lo largo de la vida.

Sin embargo, pese a las reformas, el sistema educativo sigue conservando su sello discriminatorio, autoritario, deshumanizado, egoísta, competitivo e individualista en donde lo que importa es el intelecto y no la persona (Mendoza, 2009).

Por ello, en este ensayo se presentan los principios más importantes de la teoría gestáltica como uno de los elementos más adecuados para fomentar el desarrollo del potencial humano, desde la visión holística, es decir, la formación integral de las personas.

  1. Desarrollo

A mediados del siglo XX, físicos y psicólogos de la Gestalt empiezan a cuestionar la razón de ser de la educación, expresan abiertamente su desacuerdo con el positivismo y con la tesis central que afirma que el conocimiento únicamente puede surgir mediante la afirmación de teorías que han sido comprobadas a través del método científico, más tarde lingüistas, biólogos y filósofos manifiestan que ya no es posible continuar con un modelo que promueve solamente las habilidades cognitivas y en donde se presta poca atención al desarrollo de los valores y las emociones y que además, genera estudiantes con baja autoestima, inmaduros, sin carácter, sin proyectos de vida, sin valores, incapaces de analizar y reflexionar los problemas de su entorno.

De ahí que, la Gestalt surge como un modelo de pensamiento filosófico y epistemológico que intenta modificar las nociones defendidas por la ciencia tradicional (Duero, 2003). Este cambio lo pretende lograr mediante la visión que tiene de la naturaleza humana, la cual considera al hombre como un ser único y personal que posee una identidad individual que lo distingue de los demás y que es capaz de reflexionar, ejercer libertad, de recrearse, de ser co-creador de su vida y de trasformar el medio en el que habita.

La teoría Gestalt se basa en el concepto holístico, por esta razón, se vuelve obligatorio entender el origen y los principios que la fundamentan, ya que éstos son los cimientos de la educación holística. Pero, antes de explicar los principios de la teoría Gestalt es importante conocer dos significados, el primero es el de Gestalt y el segundo el de holismo.

La palabra Gestalt proviene de la lengua alemana que se ha traducido como forma o configuración, sin embargo, también puede traducirse como figura, estructura o creación. La palabra Gestalt puede aplicarse siempre que uno se refiere a “cualquier todo separado” (Köhler, 1929), por otro lado, el término holismo fue creado por el filósofo Jan Smuts en 1926 y se deriva del griego holos que significa “todo”, “entero”, “total”. El holos constituye una unidad que es múltiple en sus manifestaciones, que se expresa en un contexto de relaciones e interacciones multidimensionales constantes.” (González, 2009, p. 31).

El principio que ha caracterizado a la teoría Gestalt es “el todo es más que la suma de las partes”, es decir, cada parte es un principio y fin, es vital y concreta, principios que la autorregulan y a su vez le permiten retroalimentar todo (Salama, 2008, p. 80).

La teoría Gestalt desarrolla una visión holística del ser humano, de tal forma que lo considera una totalidad, por tanto, se integran a la vez sus dimensiones sensoriales, afectivas, intelectuales, sociales y espirituales, permitiendo una experiencia global donde la vivencia corporal puede traducirse a palabras y la palabra pueda ser vivida corporalmente. Favorece un contacto auténtico con los otros y con uno mismo (Santacruz; Valiente; Lazcano, 2011).

A partir de esta visión, se plantea que la educación parte de la premisa de la unicidad del hombre en su ser y su quehacer en el mundo, al mismo tiempo, defiende conceptos como subjetividad, experiencia o construcción de significado, no considera como fragmentarias las conductas humanas, toma en cuenta las emociones, los sentimientos, las cuestiones éticas, las relaciones interpersonales afectivas, los valores y aspectos físicos como la muerte, la sexualidad, etc. (García Fabela, s.f.)

Por lo anterior, se deduce que aplicar la teoría Gestalt a la educación posibilita la formación integral de los estudiantes, ya que permite el desarrollo cognitivo, afectivo, social y espiritual, además de favorecer el desarrollo de la conciencia (capacidad que tiene una persona para darse cuenta de quién es, en donde está y de cómo debe actuar en el mundo y en su contexto cercano). No obstante, para lograr la formación integral en los estudiantes es indispensable aplicar e implicar los principios que sustentan a la teoría Gestalt en la educación (Salama, 2008, p. 210):

  • Entrar en contacto con la experiencia y por tanto considerar que la emoción, además de la cognición y la conducta, también forma parte de esta experiencia
  • Centrarse en el aquí y el ahora: Se refiere a estar en el momento presente
  • Atender a lo obvio: Es la atención y el darse cuenta en el aquí y ahora.
  • Atender al proceso, al cómo ocurre lo que ocurre, al cómo se aprende y no sólo al “qué” pasa y al “qué” se aprende.
  • El darse cuenta de lo que hacemos para afrontar conflictos y asuntos pendientes o inconclusos. “La toma de conciencia es una propiedad de la Gestalt que conduce a la integración creativa del problema”
  • Equilibrio: Se trata de un ir y venir dinámico
  • Permitir el fluir natural de las cosas: No poner trabas al desarrollo

Así mismo, la educación gestáltica tiene como objetivo fundamental ir de afuera hacia adentro para ayudar a los estudiantes a ser más conscientes de sus hábitos, comportamientos y costumbres; al mismo tiempo que de su cuerpo y de sus emociones, el conocimiento, desde esta perspectiva, es el “vehículo” que posibilita el viaje por la consciencia (Arteaga, 2011), además, está centrada en la formación humana, en la aceptación y en el amor, desarrolla las habilidades cognitivas, emocionales y motrices que se necesitan para enfrentar a un mundo tan difícil y complejo, también, desarrolla en los estudiantes autoestima, autoconfianza y autonomía, igualmente, serán capaces de analizar y reflexionar los problemas de su entorno, para así, movilizar sus conocimientos, sus habilidades y sus destrezas en la solución de los mismos, y también, serán personas críticas, éticas y con valores (Tobón, 2008).

Sin embargo, es importante señalar que para fomentar el desarrollo integral en los estudiantes desde la perspectiva gestáltica, se necesita que los docentes diseñen, organicen y conduzcan sus estrategias didácticas para fomentar el autoaprendizaje y la creatividad, por lo tanto, es indispensable que los docentes conozcan los escenarios en los que se impulsa el desarrollo de la conciencia para promover la formación integral en los estudiantes (González, 2009, p. 180).

El primer escenario, promueve una educación transdisciplinar por eso en las estrategias didácticas el docente debe incluir todas las ciencias, disciplinas, opciones filosóficas, credos e ideologías religiosas, el segundo, promueve la diversidad, por ello, el profesor debe integrar y articular distintos estilos de aprendizaje, diferentes inteligencias, métodos, procedimientos y recursos diversos en su práctica docente, para favorecer el aprendizaje significativo, el tercero se aboca a favorecer la conciencia nacionalista y el compromiso, libremente asumido, con la justicia social, la defensa de los derechos humanos, la democracia, la paz y la ecología, el cuarto, impulsa el desarrollo de la conciencia planetaria, por tanto, los estudiantes deben experimentar un sentido de pertenencia y de amor a la comunidad humana entera y una profunda gratitud a la Tierra y el quinto, se dirige al desarrollo de la dimensión espiritual en la que se integran las dimensiones biológica, psicológica y social de nuestra naturaleza

Por otro lado, para que el docente logre aplicar cada escenario a cabalidad en su práctica educativa, es indispensable que el docente se detenga a reflexionar sobre su quehacer pedagógico, generalmente, la mayoría de los docentes, desarrolla su práctica de forma intuitiva, sin analizar si los métodos y los recursos didácticos que utiliza contribuyen al aprendizaje autónomo de los estudiantes, es más, tampoco medita si la evaluación que emplea con sus estudiantes desarrolla la autorregulación del aprendizaje y la reflexión acerca de sus fortalezas y deficiencias (Díaz Barriga Frida, 2005).

No hay duda, que para lograr el desarrollo integral en los estudiantes se requiere que el docente conozca, comprenda y aplique los principios de la educación Gestalt holista, también que entienda cuál es su papel como formador, que deje las prácticas tradicionales de enseñanza y ceda el papel protagónico, al mismo tiempo que centre sus estrategias de enseñanza-aprendizaje en los estudiantes para que sean protagonistas de su propio aprendizaje.

Por esto, es importante que el docente siempre cuestione su práctica pedagógica y que se pregunte ¿Estoy preparado para impartir clases? ¿Soy claro y preciso al impartirla? ¿Mediante la enseñanza conecto la escuela con la vida cotidiana de los estudiantes? ¿Logro despertar el interés por la materia? ¿Motivo a los estudiantes para que siempre estén interesados por la materia? ¿Qué impacto tiene mi enseñanza en los estudiantes? ¿Los métodos y estrategias que empleo logran el desarrollo integral de los estudiantes? ¿Mi práctica docente favorece el desarrollo de valores?, etc., la reflexión de la práctica docente debe orientar siempre el proceso formativo.

Por lo anterior, es importante señalar que para ayudar a los estudiantes en la formación integral, será indispensable, que el docente en el proceso de formación “acepte la diversidad, promueva la comunicación y el discurso, incluya contenidos y perspectivas disciplinares en los proyectos de investigación, fomente la interacción entre los alumnos y maestros y desarrolle modelos contextuales y culturales” (González, 2009, p. 208), más aún que los motive, ya que la motivación es una herramienta fundamental de la educación gestáltica porque logra el interés y el entusiasmo de los estudiantes, pero, ¿qué es motivar?

Es orientar hacia una meta partiendo de lo que ya existe, aprovechando lo que ya interesa al alumno y no lo que le “debería interesar” y eso implica necesariamente admitir que la cognición y emoción van unidas y que no podemos suscitar aprendizajes sin tomar en cuenta cómo se aprende ni desarrollar destrezas cognitivas al margen del afecto (Salama, 2008, p. 213)

Es decir, la motivación y la emoción contribuyen a dar dirección a la conducta. Los motivos provocan el movimiento o acción del ser humano para satisfacer una necesidad o para lograr una meta.

Por lo anterior, se infiere que  ya no es suficiente con dominar una disciplina, se requiere de docentes que motiven el aprendizaje mediante la implementación de estrategias y métodos didácticos, ya que aprender desde la Gestalt es descubrir que algo es posible y esto implica vivencia y experiencia consiente, por eso es indispensable que en el diseño de las estrategias se tome en cuenta las necesidades, inquietudes y saberes previos de los estudiantes, para así, realizar una formación pertinente de acuerdo a las necesidades del contexto.

  1. Conclusiones

Es evidente que la teoría Gestalt en educación rompe con la concepción tradicional de la enseñanza-aprendizaje, por eso, es imprescindible que el profesor tome conciencia acerca de su labor docente, que reconozca que su práctica educativa ya no da respuesta satisfactoria a las necesidades e intereses de los estudiantes, que no puede seguir improvisando en su práctica educativa y que requiere replantear sus principios teóricos, morales, para así modificar sus estrategias,  al mismo tiempo, necesita desarrollar habilidades para aprender a: Aprender, hacer, ser y convivir, también, debe capacitarse continuamente para que pueda hacer frente a los retos de una sociedad que está en constante cambio.

Es importante que la práctica educativa esté orientada desde la Gestalt para formar alumnos que desarrollen sus habilidades, destrezas, conocimientos, valores y espiritualidad, para ello se deben “Crear situaciones de aprendizaje donde los alumnos se vean en la necesidad de analizar problemas que entrañen conflictos de valores, adopción de posiciones que se consideren justas…, adaptándolas a la capacidad del niño de razonar su juicio moral…”. (María Ramos, 2004)

Es decir, se tienen que implementar actividades de forma sistemática que incluyan hechos reales y que presenten conflicto de valores, para fomentar el diálogo y la discusión, la auto observación y el auto conocimiento, además que se puedan desarrollar en equipos.

Así pues, se deben promover proyectos de intervención que aumenten el comportamiento prosocial altruista en los alumnos y, en este tipo de programas el profesor debe convertirse en un modelo a seguir, debe propiciar un ambiente positivo en el aula, reforzar comportamientos sociales altruistas, alentar una conducta responsable, practicar la amabilidad con sus estudiantes y fomentar la toma de conciencia.

  1. Referencias

Arteaga, J.C. (2011). Educación Gestáltica: La confluencia entre el pensamiento y las emociones.

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2000). La educación superior en el siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo. Una propuesta de la ANUIES. México: ANUIES.

Delors, J. (1989). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre educación para el siglo XXI. México: Ediciones UNESCO

Díaz Barriga, A. (2005). El enfoque de competencias en la educación. ¿Una alternativa o un disfraz de cambio? Disponible en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=13211102

Duero, D. G. (2003). La Gestalt como teoría de la percepción y como epistemología. Disponible en http://psicologiamonserrat.zonalibre.org/Monserrat%20(Gestalt).pdf

García, J. L. (s.f). ¿Qué es el paradigma humanista? Disponible en http://www.riial.org/espacios/educom/educom_tall1ph.pdf

Köhler, W. (1929): Psicología de la forma. Editorial Argonauta, 1948.

Mendoza, E. (2009). Tópicos en Educación Superior. Una mirada desde la FIMPES. México: Porrúa

Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2010). Metas 2021 Educativas. La educación que queremos para la generación de los bicentenarios. Disponible en http://www.oei.es/metas2021.pdf

Ramos, M; Robles, M; Correa A. (2004)). Teoría y práctica de la educación moral. Disponible en http://convivenciaescolar.net/RACE/procesados/56%20Teor%C3%ADa%20y%20pr%C3%A1ctica%20de%20la%20educaci%C3%B3n%20moral.PDF

Ruíz, L. (s.f.). Formación integral: desarrollo intelectual, emocional, social y ético de los estudiantes. Disponible en file:///E:/a%20MIM%C3%8D/Biblioteca/mis%20documentos/Formaci%C3%B3n%20integral/Formaci%C3%B3n%20integral.pdf

Santacruz, S.; Valiente, J.; Lazcano, P. (2011). Introducción a la Terapia Gestalt. Disponible en http://clasepatxi.files.wordpress.com/2011/02/introduccion-terapia-gestalt.pdf

Tobón, S. (2010). Movilización de saberes y prácticas metacognitivas en formación integral y competencias. Colombia: Eco Ediciones, pp 211-238

Vargas, J. C. (2010). De la formación humanista a la formación integral: reflexiones sobre el desplazamiento del sentido y fines de la educación superior .Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=209019322008> ISSN 0120-4688

  1. Bibliografía

Gonzáles, A. (2009). Educación holística: La pedagogía del siglo XXI. Madrid: Kairós

Salama, H. (2008). Gestalt de persona a persona. México: Alfaomega


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