Por: Lic. Mariana Padilla Pérez quien es estudiante de la Maestría en Psicoterapia Gestalt en la Universidad Gestalt
“Una paradoja es una verdad que parece una mentira.”
Jorge Luis Borges
De acuerdo con Watzlawick, Helmick y Jackson (1983), la paradoja puede definirse “como una contradicción que resulta de una deducción correcta a partir de premisas congruentes”. Es decir, la emisión de dos mensajes simultáneos que resultan incompatibles entre sí. Esta contradicción, como su mismo nombre lo dice, puede parecer un callejón sin salida o una pregunta que no tiene respuesta. Sin embargo, se puede analizar de qué forma una paradoja puede representar una puerta abierta o una solución a un problema que parece ilógico. Entonces, ¿las paradojas son un laberinto sin salida o una puerta abierta? Es decir, ¿las paradojas tienen solución?
Todas las paradojas tienen salida. La pregunta es ¿cómo? Una paradoja implica una pérdida con cualquiera de dos alternativas que se pueden proponer pero existen formas de obtener una ganancia o beneficio. Por ejemplo, existe la ilusión de alternativa, que implica obtener el mismo resultado a pesar de la respuesta. También se puede hacer uso de diferentes herramientas en psicoterapia sobre el lenguaje o la comunicación humana, como por ejemplo el trabajo con axiomas a través de la estructura del lenguaje o metalenguaje, o evitando la generalización, eliminación o distorsión en el proceso de comunicación.
La paradoja utilizada en psicoterapia busca la interrupción de un círculo vicioso (Selvini, Boscolo, Cecchin & Prata ,1986). Estas paradojas son utilizadas como un instrumento clínico para enfrentar resistencias. En los casos de mucha resistencia, el terapeuta, en lugar de continuar con intentos inútiles de cambio, puede “unirse a la resistencia” o aceptar la contradicción. Su respuesta al requerimiento paradójico es a su vez una paradoja (contraparadoja), porque utiliza la contradicción comunicativa para comunicarse (Selvini et al. 1986). Es decir, utiliza una paradoja para encontrar un beneficio, que se vuelva un ganar – ganar y no perder – perder. La tarea fundamental del terapeuta que trabaja con las técnicas paradójicas consiste en abrir brechas o aportar diferentes soluciones a un problema que parece que no tiene solución a través de un redescubrimiento de valores por medio de cuestionamientos.
Víctor Frankl comentó sobre la importancia de manejar los síntomas en psicoterapia con la intención paradójica o prescripción del síntoma: “Cualquier síntoma en sí fugaz e inofensivo, le provoca a la persona el temor de que se vuelva a repetir; este temor refuerza el síntoma y el síntoma, reforzado de esta manera, aumenta finalmente el temor del paciente” La intención paradójica consiste en que el paciente se proponga hacer o haga lo que teme (Frankl, 1978).
Alejandro Jodorowsky también hace uso de las paradojas dentro de lo que él llama Psicomagia. Menciona una prescripción (acto psicomágico) que le dio a un hombre casado que lo consultó porque padecía de eyaculación precoz:
“Le pregunto cuánto dura su acto sexual. “Apenas veinte segundos”, me responde. Le aconsejo que esa noche haga el amor con su esposa poniendo junto al lecho un cronómetro y que le prometa que va a eyacular más rápido que nunca, es decir, en exactamente diez segundos. Así trata de hacerlo. Regresa feliz a verme, diciéndome con una gran sonrisa: “Fracasé. Por más que traté no pude. Duré media hora”.
Este es un ejemplo de la utilización de una prescripción paradójica en la que a pesar de lo que el paciente haga, obtiene un beneficio: la autoaceptación de lo inevitable (Jodorowsky, 1995).
En la Psicoterapia Gestalt se utiliza una técnica llamada “experimentar el vacío”, que consiste en hacer contacto con las sensaciones desagradables o con el vacío existencial. Al tomar contacto con esas emociones, paradójicamente el vacío se comienza a llenar, lo que se convierte en “vacío fértil” (Salama, 2002).
Las paradojas generalmente tienen un contexto negativo, ya que pueden implicar una contradicción, que independientemente de lo que se haga, la persona termina perdiendo. Sin embargo, se han encontrado formas en las que las paradojas pueden ser utilizadas para el beneficio de la persona, sólo es cuestión de poder identificarlas y después buscar una salida. Esa salida o solución se puede obtener a través del análisis de la estructura del lenguaje o a través de diferentes técnicas utilizadas en psicoterapia.
Las paradojas pueden tener un uso positivo, a pesar de que sólo se observa aquella parte negativa la mayoría de las veces. Esto puede hacer referencia a las polaridades, en las cuales es imprescindible poder reconocer una parte negativa y otra positiva en toda situación que se presente. Esto puede suceder con las paradojas. Cuando se les da un sentido positivo, se pueden obtener muchos más beneficios que el sólo cerrarse a una pérdida. Probablemente una solución a cualquier paradoja puede ser simplemente aceptar lo que es para así, lograr una unión o encontrar una respuesta.
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar.”
Carl Rogers
Bibliografía
- Frankl, V. (1978). Psicoterapia y Humanismo. México: Fondo de Cultura Económica.
- Jodorowsky, A. (1995). Psicomagia. México: Seix Barral
- Salama, H. (2002). Psicoterapia Gestalt – Proceso y Metodología. México: Alfaomega.
- Selvini, M. Boscolo, L. Cecchin, G. & Prata, G. (1986).Paradoja y contraparadoja: un nuevo modelo en la terapia familiar de transacción esquizofrenica. : Paidos.
- Watzlawick, P. Helmick J. & Jackson, D. (1983) Teoría de la comunicación humana. : Herder.